Sendero Montaña Quemada
Esta ruta es una de las más visitadas, debido a que su acceso es sencillo y no presenta dificultad. Al sendero se puede acceder en vehículo desde la GM 1, y ya situados en esta vía, a la altura del km. 14, debemos tomar una desviación (conocida habitualmente como el cruce del Rejo) que nos llevará en dirección al Parque Nacional de Garajonay. Una vez recorridos 6 km. de ascensión, encontraremos por nuestra derecha un acceso, debidamente señalizado, que nos indicará el inicio de una pista forestal adoquinada; aquí comenzará nuestra ruta a pie.
En líneas generales, la dificultad de esta ruta es baja, puesto que, en su totalidad, el recorrido es descendente, pasando de una altura de 1080 metros en su inicio a 250 metros al final del trazado. La pista inicial presenta un firme adoquinado y el entorno se muestra majestuoso y frondoso cuanto más nos adentramos en él. Estamos inmersos en un bosque de laurisilva, donde se alternan los brezos, hayas, helechos y algún que otro laurel, entre otras especies.
Al cabo de 1,5 km. llegaremos a otra desviación que nos indica la dirección a seguir, por la derecha, para llegar al Caserío de El Cedro, un núcleo de población que en los años 20 tuvo su esplendor, ya que existía una gran dedicación a la agricultura tradicional, pues se explotaban los recursos del bosque, recogiendo y vendiendo leña y haciendo carbón vegetal, criando ganado y aprovechando las propiedades curativas de muchas plantas. Durante bastante tiempo, este enclave se convirtió en un importante referente agrícola y de intercambio comercial para la zona. Hoy en día conviven contadas familias, que han cambiado la explotación agrícola por la explotación turística – rural, ofreciendo al visitante un cálido alojamiento a través de algunas casas rurales y la posibilidad de degustar la típica gastronomía gomera en los restaurantes de la zona. En este caserío podemos realizar un descanso antes de comenzar el vertiginoso descenso que, por el margen izquierdo del barranco del Cedro, y siguiendo el cauce de un riachuelo, se precipita hacia el barranco de Monteforte.
Mientras bajamos por un sendero empedrado y en zig – zag podemos contemplar, por nuestra derecha en toda su plenitud de la espectacular cascada del Cedro, popularmente conocida como «El Chorro». El sendero, aunque parezca escarpado en su inicio, se vuelve más suave a medida que se desciende, permitiendo al caminante observar los distintos pisos de vegetación que se distribuyen sobre la pared del barranco. Un bello contraste entre el verdor de la vegetación y las cristalinas aguas que vierten continuamente en la presa de Los Tiles.
En el margen derecho del barranco hay vestigios de una ingeniería hidráulica que tiempos atrás abastecía de fluido eléctrico a la población hermigüense.
Ya en la presa de Los Tiles, continuaremos el sendero bajando por unas escaleras de cemento que siguen el curso del barranco a través de un camino estrecho que atraviesa zonas de cultivo. Por esta zona podemos apreciar que, junto a diversos estanques de agua, hay restos de antiguos molinos de agua que molían el grano de gran parte de la isla.
Entrando en una zona de huertas, seguiremos por un canal de agua, para, en un pequeño cruce y junto a una marca sobre una roca, dejarlo por el lado derecho, y bajar por un camino empedrado que nos llevará a la carretera de Lomo San Pedro y a la base de los Roques de Hermigua, singular estructura (pitón geológico) de gran belleza, que en la actualidad está equipado para la práctica de la escalada.
Siguiendo por esa carretera, siempre en sentido descendente, podremos contemplar por la izquierda algunos detalles de Hermigua, pudiendo divisar, por ejemplo, la Iglesia de Santo Domingo, el Convento y Los Telares, enclaves de obligada visita, por su interés patrimonial, cultural y artesanal. Continuando por la esta carretera llegamos a la Travesía de Hermigua, GM-1, donde se sitúa el final del camino.